Un corcho que vuela: Mazda

El caso de Mazda es mucho más curioso. Una muestra de cómo estas empresas tuvieron que reinventarse a sí mismas para triunfar.
Los orígenes de Mazda fueron como la Toyo Cork Kogyo, una de las pocas industrias existentes en Japón a finales del siglo 19, dedicada a la manufactura y transformación del corcho.
En 1927, después de la Primera Guerra Mundial, la compañía quedó terriblemente afectada. Para empeorar la situación, un terremoto pocos años después puso en peligro el suministro de materias primas.
La compañía se vio involucrada en las tareas de reconstrucción del país apoyando con camiones y maquinaria pesada. A partir de ese momento, se plantearon la posibilidad de fabricar automóviles.
Decididos a probar suerte en esta industria, y ante la gran necesidad del pueblo japonés de contar con vehículos de motos, luego de tanto desastre, la empresa se inclina por la fabricación de automóviles.
El cambio de negocio y línea de mercado fue tan grande y radical, que incluso se toma la decisión de renombrar la compañía, naciendo así Ahura Mazda y su primer automóvil, el Mazda Da, presentado al mundo en 1931.