Muchos presumen de sus compañeros de garaje. Autos que conmocionan al mundo y se han convertido en piezas de colección.
Pero en este caso, hablamos de uno de los
primeros autos en la historia, el Ford T,
ni más ni menos, el primer auto producido en masa por la compañía Ford Motor
Company.
El Model T vale oro, no solo porque sentó
las bases de la industria automotriz en el mundo, sino porque es uno de los
autos más importantes de toda la historia y uno de los más viejos también.
Esta variante se produjo entre 1908 y
1926. La historia cuenta que su actual dueño le compró a su abuelo la
estructura oxidada de lo que hoy es la envidia de todos los conductores en el
mundo.
Dado que el auto era una auténtica
chatarra cuando lo compró (y que hace poco menos de 100 años no se fabrican
repuestos del mismo), restaurarlo fue toda una proeza.
Valuar un trabajo de este tipo resulta
casi imposible, pero si hay que sacar cuentas, el propietario declara que gastó
casi 7 mil dólares en completar la proeza.
Desafortunadamente este vehículo no
cuenta con todas sus piezas originales y muchos de los arreglos son
adecuaciones, de ahí el relativamente accesible precio de este auto histórico.
Eso sí, destaca que muchas de las piezas
y arreglos fueron realizados por Clayton Paddisson en persona, su actual
propietario. Como proyecto personal suena estupendo e interesante.
Si
algo conserva esta joya es su motor original, una caja de cambios manual de dos
velocidades y una potencia, de vanguardia hace casi 100 años, de 22 caballos
de fuerza.
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