Todo
comenzó cuando la BMW sacó al mercado un lote de 254 ejemplares, todos vendidos
en la segunda mitad de los años 50. Probablemente el más popular de todos fue
el BMW 507 Roadster con chasis
#70079.
El
dueño de este singular auto clásico fue nada más y nada menos que el mismísimo
Elvis Presley.
El
fenómeno del Rock and Roll lo adquirió cuando realizó el servicio militar en
Alemania Occidental (RFA).
Recién
salido del horno, el carro era de color blanco. Luego, debido a los mensajes
que las fanáticas del Rey del Rock posteaban en el auto con sus creyones de
labios, pasó a ser rojo durante casi todo el tiempo que perteneció a Elvis.
Se
trata de un biplaza descapotable, con una velocidad máxima de 225 km/h, que era
una barbaridad para la época.
El
elevado precio con que salió al mercado por su carrocería en aluminio, solo lo
puso al alcance de los más pudientes, tanto en Europa como en Estados Unidos, y
su exportación se limitó bastante.
Fuel
auto que acompañó a la gran figura durante toda su carrera y su fama. Décadas
después de su muerte, cuando ya el auto se daba por perdido, apareció en un
almacén de calabazas en un estado lamentable.
Esto
ocurrió en el 2009 y poco después fue totalmente restaurado. Su color original,
blanco, fue devuelto a esta máquina estupenda, expuest< en el Concours d’Elegance
de Pebble Beach.
Al final, la leyenda resultó ser cierta, solo
hubo un BMW 507 Roadster en manos de
Elvis. Salió de fábrica en color blanco, casi toda su vida fue de color rojo, y
ha vuelto a ser blanco.
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