Ford Deuce Coupe (1932) |
Estos
estelares de la gran pantalla no reciben premios ni posan para revistas de moda
o sociedad. Sin embargo, además de los actores y directores, muchas veces ellos
son las estrellas del filme. Estos autos
clásicos tienen personalidad propia y un personaje protagónico en cintas que
han pasado a la historia.
El
primero de este top 5 es el Ford Deuce
Coupe (1932) inmortalizado en la película American Graffiti de 1973. Este clásico merece todo el respeto,
luego de convertirse en pieza de colección para los amantes de los autos
antiguos, gracias al director George Lucas. Incluso la banda The Beach Boys le
dedicó una canción y su cuarto disco, ambos titulados Little Deuce Coupe.
Thunderbird Convertible (1966) |
Otro
Ford genial es el Thunderbird
Convertible (1966), posiblemente el más famoso de todos tras protagonizar
la estelarísima cinta norteamericana
Thelma y Louise, de 1991. Este convertible
es la estrella de la gustada road
movie de Ridley Scott, acompañando a Susan Sarandon y Geena Davis en su inolvidable
aventura.
El
tercero en la lista es el maravilloso Ford
Falcon XB (1973) lanzado en el filme Mad
Max de 1979. Este es nada menos que
la fabulosa máquina conducida por Mel Gibson en la película de George Miller,
una obra de culto para los amantes del western futurista. Este genial auto hoy
es una pieza de colección.
Por
supuesto, en esta lista no podía faltar alguno de los autos clásicos de James
Bond. El singular agente secreto británico más célebre de la historia del cine,
ha conducido docenas de piezas espectaculares, pero hemos seleccionado el más
famoso de todos. Por supuesto, estamos hablando del magnífico Lotus Esprit S1 (1976), visto en la
saga durante la cinta La espía que me amó,
de 1977.
Lotus Esprit S1 (1976) |
Y
cierra la lista el Austin Mini Cooper S
(1961). El Mini es mucho más que un coche de película: es historia sobre
cuatro ruedas, un auténtico ícono de su época. Así lo demostró en la película
de Peter Collinson, Un trabajo en
Italia, de 1969. Este genial motor
en su versión deportiva dominó cuatro ediciones del rally de Montecarlo entre
1964 y 1967.
Como
ves, nada escapa a la capacidad de estos motores para lucir estupendos en la
gran pantalla.